martes, 22 de enero de 2008
Días de gloria
Hijos de la patria, marginados del sistema
Título original: “Indigenes”, Argelia, Francia, Marruecos, Bélgica, 2006, hablada en francés y árabe, subtitulado en español. Realización: Rachid Bouchareb. Guión: Oliver Lorelle y R. Bouchareb. Fotografía: Patrick Blossier, AFC. Sonido: Oliver Hespel, Oliver Walczak, Franck Rubio, Thomas Gauder. Banda de sonido original: Armand Amar Khaled. Dirección de arte: Dominique Douret. Vestuario: Michèle Richer. Efectos visuales: L`Est. Efectos especiales: Les Versaillais. Compaginación: Yannick Kergoat. Intérpretes: Jamel Debbouze (Saïd), Samy Naceri (Yassir), Roschdy Zem (Messaoud), Sami Bouajila (Abdelkader), Berbard Blancan (Martínez), Mathieu Simonet (Leroux), Benoît Giros (Capitán Durieux), Mélanie Laurent (chica del pueblo de Les Vosgues), Antoine Chappey (el Coronel), Asaad Bouar (Larbi). Estreno en la Argentina: 03 de enero de 2008, presentada en D V D por Alfa Films. Duración: 128 minutos, S/M.13 años.
La Segunda Guerra Mundial siempre depara sorpresas. Pasaran los años y algún relato olvidado despertará los fantasmas de los desastres de esa guerra cruenta y despiadada. Historias de todo tipo muestran en el cine los horrores realizados por los nazis (que sólo merecen un calificativo: despreciables) y ponen a los aliados como grandes héroes, incapaces de agredir a sus compañeros de batallón o a hombres, mujeres, niños y ancianos de territorios ocupados, o discriminar al otro por su origen latino, asiático, italiano, judío, indígena o negro. Pero la realidad fue otra y las denuncias escasas.
Varias producciones han tratado de relatar fehacientemente algunos hechos de esta índole y vale la pena recordar algunas: “Windtalkers” (2002), “The Dogs of War” (“Perros de la Guerra” - 1981), “The Longest Day” (“El día más largo” -1962), “Bang Rajan” (2000), “Casualties of War” (“Casualidades de la guerra” – 1989), “ The Four Feathers” (“Las cuatro plumas” -1929-1939-2002), “From Here to Eternity” (“De aquí a la eternidad” -1953), “The Guns of Navarone” (“Los cañones de Navarone” - 1961), “Yanks” (“Yankis” -1979), “Flags of our Fathers” (“La bandera de nuestros padres” – 2006), “Platoon” (“Pelotón” -1986), “Empire of the Sun” (“El imperio del sol” -1987), “ Lions for Lambs” (“Leones por Corderos” -2007), “Kurtlar vadisi - Irak” (“Valle de Lobos, Irak” - 2006), “Apocalipsis Now” (1979), “Love Is a Many-Splendored Thing” (“Angustia de un querer” -1955).
En “Indigènes” (“Días de gloria”) no se cuenta la historia de un ejército glamoroso, sino todo lo contrario, muestra la vida de un puñado de hombres de procedencia norteafricana (interpretados por actores casi desconocidos) que son reclutados y enviados a la guerra hasta llegar a ser los primeros franceses que pisan Alsacia, liberando batallas que los colocan en situaciones suicidas.
“Días de gloria” teje en el tapiz de las películas de guerra, una historia más personal que por momentos trata de dar el testimonio de un pueblo, en vez de una sola persona - aunque los protagonistas tengan el peso principal de la acción, y representan a los nativos en su conjunto.
“Días de gloria” mantiene la línea de acción de sobre un grupo de individuos procedentes de las colonias frente a las tropas autóctonas que, por diversas razones, se embarcaron en una guerra que los sepulta, en la tierra o en el olvido; los enajena y los somete a la discriminación y marginación. Si hay carne o tomates son para los franceses, los reclutados africanos no tienen derecho a ellos.
En la mayoría de las realizaciones de guerra los combatientes están divorciados de su vida cotidiana, se la muestra a través de cartas o fotos, en “Días de gloria” todos los personajes se expresan en su propia lengua y son personas reales a las cuales el regreso a casa resulta una utopía.
Casi imperceptiblemente los protagonistas van contando sus historias de vida: Yassir (Samy Naceri) y su hermano menor Larbi, son bereberes marroquíes que pelean por dinero, Messaoud (Roschdy Zem), tirador experto busca escapar de la miseria, se enamorará de una marsellesa, y pasará los días escribiéndole a la espera de una respuesta, sin saber que la máquina burocrática del ejército francés censura sus cartas de amor, el cabo Abdelkader (Sami Bouajila) instruido y legalista quiere hacer carrera en le ejército y cree profundamente en los ideales de “Libertad. Igualdad, Fraternidad”, el cabo Saïd (Jamel Debbouze) en extremo servil y el sargento Roger Martinez (Bernard Blancan) que esconde su origen árabe, los cuales combatirán en nombre de Francia desde su alistamiento en Algeria hasta la desesperada defensa de Alsacia en enero de 1945, apenas cinco meses antes del desembarco de Normandía.
El realizador, Rachid Bouchareb, logró mostrar con gran habilidad un panorama coherente que mezcla el afán épico de las películas de guerra, con una línea intimista que ahonda en los dramas personales de sus personajes obligando al espectador a focalizar la atención en el heroísmo y la difícil situación de ese grupo de milicianos, gente común, que debe afrontar circunstancias extraordinarias, al ser obligados a luchar para proteger sus vidas y la de madre patria. Es un retrato sobre las diversas e intrincadas relaciones humanas, los enfrentamientos cotidianos en el interior de un pelotón en el que se manifestaban a cada instante tensiones raciales, prejuicios y diferencias culturales. Pero a la vez realizó un gran homenaje a ese grupo de individuos que peleó en un territorio que era suyo, sólo en apariencia.
Entre las ventajas que puede poseer una muy buena obra, no exenta de cierto cinismo, como es el caso de “Días de gloria”, es el poder de denunciar una injusticia concreta: el olvido de los combatientes procedentes de las entonces colonias francesas que lucharon en las filas del ejército de la metrópoli durante la Segunda Guerra Mundial, y cuyas pensiones habían sido suprimidas cuando Argelia y Marruecos alcanzaron la independencia. A raíz del filme se enmendó una ley especial impulsada por el presidente Chirac que recogió la indignación de la sociedad francesa y blanqueó aunque parcialmente (y no de manera retroactiva) la deuda del estado francés con los milicianos norteafricanos.
“Días de gloria” es una excelente realización, que tiene una cierta reminiscencia de otras películas contemporáneas con una temática semejante, sobretodo la escena final, sesenta años después de la historia narrada, en el cementerio alsaciano dedicado a los soldados fallecidos en combate y que tanto nos recuerda a “Rescatando al soldado Ryan” o “La bandera de nuestros padres”, aunque suponemos que en cada cementerio de Europa, Asia, África o América siempre habrá alguien que recordará las guerras ya sean Vietnam, Irak, Indochina, Corea, Armenia, Medio Oriente, Líbano, por nombrar algunas.
E realizador Rachid Bouchareb, con una notable fotografía de Patrick Blossier, logró que el espectador tomara conciencia sobre la situación discriminatoria de los soldados colonos, los cuales carecieron de permisos, de equipamiento adecuado o incluso de comida. Algo que a los argentinos también podemos reconocer porque nos ha tocado muy de cerca con esa trasnochada y absurda Guerra de las Malvinas.
“Días de gloria” muestra ciertos aspectos que comúnmente se dejan de lado en las producciones de género bélico y crea una sólida tendencia contra la guerra al mostrarnos la brutalidad y la estupidez de la misma, la pérdida de jóvenes, y su poder para destruir vidas y países de todos los involucrados. (Beatriz Iacoviello).
Publicado en El rincón del cinefilo -Nº 8 -2008
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