lunes, 21 de enero de 2008
Ciudad al límite
Publicada en El rincón del cinefilo.com.ar
Título original: “Bordertown”, EE. UU., Reino Unido, 2006, hablada en español e inglés, con subtítulos en español. Guión y realización: Gregory Nava. Producción: Simon Fields y G. Nava. Fotografía: Rey Villalobos. Música: Randy Spendlove. Vestuario: Elisabetta Beraldo. Compaginación: Pedraic McKinley. Intérpretes: Jennifer López (Lauren Adrian), Antonio Banderas (Alfonso Díaz), Sonia Braga (Teresa), Maya Zapata (Eva), Martin Sheen (George Morgan), Rene Rivera (Aris), Kate del Castillo (Elena), Randall Batinkoff (Frank Kozerski), Carolina Villareal (Joven Lauren), Bob Morrisey (Bill Kellog), Julio César Cedilla (empleado de Díaz). Fecha de estreno en la Argentina: 20 de diciembre de 2007, presentado por Distribution Company S.A. Duración: 112 minutos.
“Bordertown: Ciudad al límite” del director chicano Gregory Nava es una bien intencionada película sobre lo que sucede en la frontera norte de México. En casi los 3.600 km. de frontera, del Pacifico al Atlántico, el tema del narcotráfico, la corrupción y empresarios enriquecidos utilizando el capitalismo más salvaje, es una pesadilla que afecta especialmente a los habitantes de los distintos estados que lindan con Estados Unidos. La guerra entre carteles, entre bandas y Gobierno, entre Iglesia y narcos (durante mucho tiempo se habló del narco-clero a raíz del asesinato en 1995 cardenal de Guadalajara, Juan Jesús Posada Ocampos), tiene como rehenes a los ciudadanos que viven de modo constante entre dos fuegos.
Gregory Nava no obtuvo el resultado que buscaba, y en ciertos aspectos formales “Ciudad al límite” es una producción frustrada, pero su oficio le permitió al espectador poder dar “una probadita” (como dicen los mexicanos cuando sólo se muestra la punta del ovillo) sobre lo que allí acontece. Su historia, basada en un hecho real, transcurre en una de las peores ciudades fronterizas ya que en ella se concentra el mayor número de problemas migratorios y otros derivados de las maquiladoras. Por allí transitan todos aquellos que por buscar el sueño americano, y escapar de la pesadilla del hambre en México, quedan tendidos en el desierto al acecho de los buitres.
De todo lo que sucede en esa frontera, en su momento habitó por allí el Chupacabras, lo que más ha causado conmoción a México, y al mundo, fueron los misteriosos asesinatos de las mujeres, en su mayoría jovencitas que no alcanzaban los veinte años. Ese hecho fue objeto de relatos, libros, canciones, documentales y series de televisión. Con anterioridad el tema de los asesinatos de las mujeres de Juárez fue tratado en diferentes documentales: “Señorita extraviada” (2000) de Lourdes Portillo, “Desierto de Esperanza” (2002) de Cristina Michaus, “Ni Una Más”, cortometraje (2002) de Alejandra Sánchez, “Ni una más” (2005) de David Turpin García y “Preguntas sin respuestas: los asesinatos y desapariciones de Ciudad Juárez” (2004) de Rafael Montero, que desde diferentes ópticas mostraron esta flagelante realidad. “The Virgin of Juarez” (2006) de Josefina López, producida por HBO, toma el mismo caso de la película de Nava, pero se centra más en el folclore que se suscitó alrededor de la niña oaxaqueña sobreviviente de los brutales ataques, y que el pueblo convirtió en santa.
La cifra de mujeres ultimadas, de 1993 a la fecha, se eleva a quinientas. Detrás de estos crímenes se acumulan miles de casos de hostigamiento sexual, doméstico y laboral, no denunciados, de violencia intrafamiliar no atendida, y sobre todo de una pasividad institucional que magnificada por la prensa local sirve como estímulo a los asesinos de lo que hoy se conoce ya como un feminicidio. Los crímenes son sistemáticos, semejantes entre sí, con evidencia de tortura en casi todos, son ejecuciones realizadas con saña y alevosía.
Si bien Nava tuvo la intención de hacer un film de denuncia, terminó convirtiéndolo en un folletín demasiado previsible, con un tono de telefilme de sobremesa, muy lejos de “El Norte” (1984), “Mi familia” (1995) o “Selena” (1997), con la cual alza vuelo Jennifer López.
Las actuaciones son poco o nada convincentes. Jennifer López está muy lejos de ser la periodista preocupada por denunciar a corruptos y asesinos, Antonio Banderas parece haber desconocido todo lo que aprendió alguna vez de actuación, Sonia Braga ya alejada de su Doña Flor y el mito erótico creado a su alrededor, encarna a una lamentable hacendada que alterna con la plutocracia azteca y al mismo tiempo cobija en su casa a los excluidos del sistema. Martin Sheen pone en funcionamiento todas sus rutinas de actor experimentado y Juan Diego Botto interpreta a un rico empresario mexicano, dueño de una maquiladora, al que nadie puede tomar en serio, ni él mismo cree en su personaje. Dentro de ese multifacético elenco está también la mexicana Maya Zapata que pone su mejor esfuerzo sin conseguir dar fuerza a su Eva Jiménez. El único que está muy bien, porque se interpreta a si mismo, es Juanes, que también proporcionó parte de la banda sonora de la película.
Es una pena que “Ciudad al límite” o “Ciudad del silencio” como se la llamó en España, no haya podido alcanzar el nivel de profundidad que merecía el tema, y sólo se haya quedado en la superficie de un thriller mal contado. (Beatriz Iacoviello).
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