jueves, 28 de febrero de 2008

La última hora



ATAQUE A LA CONCIENCIA, VERDES EN ACCIÓN


A pesar de los continuos intentos de la prensa, el cine, las Naciones Unidas, y la población mundial, para concienciar a los gobernantes del planeta, sobre los desastres que provocan sus acciones en la tierra, aún no se logró que éstos respondan de manera favorable a los proyectos presentados. El Protocolo de Kioto, durante el 2007, una vez más recibió el carpetazo de las grandes potencias, especialmente la negación de los Estados Unidos de Norteamérica en firmarlo y dejar de emitir gases al espacio. En ese sentido pueden más las grandes industrias, que las solicitudes de millones de ambientalistas, que año tras año y día tras día, reclaman por bajar los niveles de contaminación. Lo que en algún momento sentirán esas empresas, países y gobiernos, es que cuando todo se derrumbe ellos también caerán al precipicio.

La última hora (The 11th Hour), es una película que retoma los reclamos de los verdes y trata de marcar la diferencia con otras que se realizaron sobre el tema. Escrita y dirigida por las hermanas Leila Conners Petersen y Nadia Conners, narrada por Leonardo DiCarpio, quien también se desempeñó como uno de los productores y colaboró en el armado del guión, , busca profundizar sobre los desastres naturales y mostrarlos a través de la mirada de varios científicos que desde su enfoque predicen un futuro poco alentador. El problema visto desde esa óptica es abrumante, literalmente lo que el espectador ve es un mundo enfermo, contaminado con vertederos de agua cargadas con desechos, petróleo y químicos, catástrofes climáticas, polución, erupciones de volcanes, terremotos, maremotos, etcétera, que a través de los reiterados flash de la película funcionan como pruebas condenatorias.

La última hora es un filme estructurado como un documento de tesis, se abre con una introducción que presenta el caso, centra su atención en el análisis y concluye con el suficiente grado de optimismo como para que todos salgan del cine dispuestos a emprender una cruzada contra gobiernos y empresarios contaminadores.

No importa que tan bien intencionada esté la película, lo que provoca en el espectador es fatiga en su atención por la cantidad de personajes y hechos que desfilan sobre una historia contada sin ritmo y de modo didáctico. En realidad las hermanas Conners no son demasiado realistas al pretender colocar en la pantalla toda la información producto de su investigación, y caen en el error de ser demasiado discursivas con lo expuesto, ya que uno tras otro desfilan decenas de científicos, garúes, políticos, un joven investigador sobre los efectos de la mezcalina (los hongos de Las enseñanzas de Don Juan), el ex director de la CIA, R. James Woolsey, los expertos en diseño verde William McDonough, y especialmente hace hincapié en el alegato del físico Stephen Hawking y el ex dirigente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, sin olvidar a Al Gore. No olvidaron en la lista al huracán Katrina, el asma, el SIDA, las enfermedades endémicas y la sorprendente noticia de la oceanógrafa Sylvia Earle que aseguró que "hemos perdido 90 por ciento de la mayoría de los grandes peces en el mar.”

Desde otra visión pero con la misma intención de alertar a la población sobre los siniestros ecológicos apareció, hace ya más de 20 años, como primera intención de alerta un verdadero modelo visual – estructural, Koyaanisqatsi. Éste filme es la primera parte de la trilogía de llamada "Qatsi" del director Godfrey Reggio (Koyaanisqatsi: Life out of balance (1983) Powaqqatsi: Life in transformation (1988) Naqoyqatsi: Life as war (2002) ). Se trata de un documental en el que se muestran imágenes de gran impacto emocional sobre el efecto destructivo del mundo moderno en el medio ambiente. Estas imágenes van acompañadas por música compuesta por el minimalista Philip Glass. El nombre de la película significa "Vida fuera de equilibrio" en la lengua india Hopi.

El sentido ecológico propiamente dicho se vio en la cinta dirigida por Davis Guggenheim, Una verdad incómoda (2006) (An inconvenient truth, ganadora del Oscar de ese año), un documental sobre el cambio climático que desarrolla la problemática del calentamiento global a través de una exposición multimedia que Al Gore fue llevando a cabo a lo largo de varios años en el marco de una campaña de educación medioambiental. Otros títulos se agregaron a la lista de filmes ecológicos como Arctic Tale, y la recientemente estrenada Cambio Climático: el reto continúa.

Por otra parte existen en el amplio panorama del cine documental varios intentos de advertir sobre lo que ocurre en nuestra casa, la tierra, a causa de las guerras y los fabricantes de armas. Uno de los más reconocidos es el trabajo de Michael Moore, quien desde su programa de televisión The Awful Truth ('La horrible verdad'). denunció sistemáticamanete los abusos ambientales provocados por su país, y a ha rodado exitosos trabajos como Bowling a for Columbine (por el que ganó un Oscar) Fahrenheit 9/11 y Sicko, o la denuncia de acoso a John Lennon por parte del Gobierno estadounidense, volcada en el documental Los Estados Unidos contra John Lennon, dirigido por David Leaf - John Scheinfeld.

Leonardo DiCarpio, las hermanas Leila Conners Petersen - Nadia Conners y el equipo que las acompañó, se propusieron con este film (muy crítico con la acción devastadora del hombre) unir sus voces al grito universal de “abajo la contaminación” y para ellos buscaron a los más representativos científicos y hombres del planeta para que respalden su aporte. Tal vez para que el público tenga una mayor conciencia del desastre ecológico en el montaje intercalaron imágenes muy terribles de lo que sucede y sucederá al ir paulatinamente calentándose los polos, estallar los volcanes, abrirse la tierra a causa de los terremotos, y demás catástrofes.

La última hora se transforma con sus denuncias en una película que defiende a ultranza el tema de salvar el planeta. Tal vez la respuesta a su llamado la dieron tres de los personajes entrevistados: Wade Davis, antropólogo y etnólogo, conocedor de las culturas primitivas, que declaró que el hombre actual no posee la capacidad de detenerse para reconsiderar la destrucción que genera a su alrededor, un jefe de Hopi que sostuvo que el hombre ha perdido contacto con la naturaleza y no sabe escucharla, y David Suzuki que retrotrae al público a una de las consignas de los 70´: todo lo que necesita el planeta es paz y amor.

Beatriz Iacoviello

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